Los cólicos del lactante, con una alta incidencia en nuestro entorno, pueden resultar duros para el bebé y los padres durante los primeros meses de vida del recién nacido.
Por un lado, porque genera incertidumbre ver llorar tanto y de manera tan escandalosa al bebe: “¿le ocurrirá algo?”. Por otro, por el cansancio y estrés que puede suponer para los recién estrenados padres.
Es importante compartirlo con el pediatra para que descarte que el llanto pueda tener alguna causa orgánica.
Sin embargo, generalmente se trata de cólicos de causa desconocida y muchas veces multifactorial. Se presentan a partir de la primera semana de vida y suelen durar hasta los tres meses aproximadamente. Suelen presentarse después de alguna de las tomas, más frecuentemente en las de la tarde o la noche. El resto del tiempo el niños está tranquilo, como con normalidad, gana peso…
Así pues, una vez que el pediatra confirma que se trata de este tipo de cólicos, toca cargar las pilas para aguantar unos meses agitados y buscar las medidas para hacerle la vida un pelín más fácil tanto al niño como a su entorno….
Causas más frecuentes
Pueden ser muchas, incluso varias de ellas combinadas. Generalmente se busca una solución de prueba y error mientras el sistema digestivo del bebé continua su maduración hasta ser capaz de superar por si mismo estos coliquillos.
Las más habituales son:
Cuando la lactancia es artificial podemos probar con leches anti cólicos (que se caracterizan por intentar paliar los distintos ítems que acabamos de enunciar HIDRÓLISIS PARCIAL DE LAS PROTEÍNAS, BetaPALMITATO, HARINA DE SEMILLA DE ALGARROBO, FRUCTOOLIGOSACÁRIDOS COMBINACIÓN LACTOSA/ DEXTRINOMALTOSA…).
Algunas ideas:
Marta Manzanaro
Farmacéutica
TFarmacia