El corazón bombea la sangre para que llegue a todas las células de nuestro cuerpo cargada de oxígeno y nutrientes.
Lo hace a través de las arterias. Estas, según se adentran en nuestros tejidos, son cada vez más finitas, siendo las arteriolas, vasos de muy pequeño diámetro con paredes muy finas lo cual permite el transvase de oxígeno y nutrientes entre sangre y tejidos y la retirada de co2 y desechos en sentido inverso.
¿Qué ocurre con el frío?
Es vasoconstrictor: significa esto que los vasos sanguíneos se contraen, se hacen más chiquititos. A veces los vasos más pequeños pueden llegar a contraerse tanto que no permiten el paso de la sangre oxigenada a algunos puntos o lo hacen, pero con menos volumen. Ocurre especialmente de las extremidades más distales (manos y pies).
No deja de ser una forma de defensa del organismo, que protege los órganos vitales centrando el flujo sanguíneo en ellos a costa de restringir este aporte a zonas más “prescindibles”. Es lo que le corre a los alpinistas en situaciones de temperatura extrema, sólo que algunos pacientes reaccionan de este modo en situaciones no tan drásticas: podemos decir que son “intolerantes” al frío.
La falta de aporte sanguíneo supone déficit de oxígeno y nutrientes en estas áreas y percibiremos fragilidad en las uñas (no reciben alimento), inflamación, enrojecimiento, dolor, sabañones, heridas frecuentes ante el más mínimo golpe por tener la piel fragilizada, grietas…
En algunas ocasiones parte de los dedos de manos o pies pueden quedarse totalmente blancos, como si fuesen un cadáver. Resulta muy llamativo. En estos casos podría tratarse de Síndrome de Raynaud. Nuestra recomendación, si esto se produce, es acudir al reumatólogo para que lo evalúe: podría ser primario (y en estos casos es molesto, pero no grave), o ser secundario a alguna otra enfermedad. Conviene ir al médico.
Una vez sepamos que no es serio:
¿Qué puedo hacer?
- Abrigarse mucho, no solo manos y pies si no todo el cuerpo.
- Hidratar de forma intensiva manos y pies, por la mañana y por la noche.
- Hacer los mismo con las uñas y las cutículas.
- Utilizar complementos de fitoterapia que mejoren la circulación periférica como el ginkgo biloba.
- Si aparecen sabañones tratarlos con corticoides de baja potencia y oclusión y en cuanto mejoren recupera el cuidado de la piel para no recidivar.
- Tan solo en casos donde las lesiones sean muy serias el médico prescribirá vasodilatadores periféricos, si bien suele ser en casos extremos ya que son bajan la tensión y la relación riesgo beneficio no suele compensar, primero mejor intentar cuidados como los mencionados.
Otras situaciones que también mejoran con el ginkgo biloba pues comparten como etiología los problemas de riego en pequeñas arteriolas son perdidas de memoria leves (por problemas de riego cerebral), acufenos (ruidos molestos en los oídos) o vértigos (por problemas de riego en la zona vestibular del oído) …
Si tienes alguna pregunta más, no lo dudes y ven a visitarnos, en TFarmacia estaremos encantadas de poder ayudarte.
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