ESTRÉS
El estrés es una respuesta del organismo frente a una situación amenazante que produce una reacción fisiológica inmediata: secreción de adrenalina y cortisol. Nos pone en situación de huida o batalla, luego es un mecanismo de defensa.
Hacen que aumente la glucosa en la sangre, a fin de que nuestro organismo pueda disponer de energía, aumentar el ritmo cardíaco y la frecuencia de la respiración y dilatan los bronquios para que el oxígeno entre mejor.
En definitiva, nos permite rendir más rápido y mejor, tanto física como mentalmente.
Este estrés positivo facilita nuestra respuesta física y mental ante cualquier “desafío”, y cesa automáticamente cuando desaparece el problema.
¿Qué pasa si las situaciones de tensión se cronifican? Entonces hablamos de estrés negativo (distrés): repercute de forma evidente en la salud y favorece la aparición de enfermedades psicosomáticas, problemas de insomnio, cardiovasculares y digestivos. Afecta de forma negativa el estado de ánimo y reduce los niveles de energía.
El estrés tiene siempre motivos reales, identificables y suficientes.
ANSIEDAD
La ansiedad es una anticipación a la amenaza. Genera: aprensión, incertidumbre y preocupación.
Y preocuparse por contratiempos es normal…y debería llevarnos a avanzar.
Sin embargo, la ansiedad se vuelve patológica cuando es desproporcionada o recurrente, de modo que incluso acontecimientos inocuos o que pueden no llegar a ocurrir pueden provocarla.
Puede no solo alterar psicológicamente a la persona sino también producir los efectos físicos del estrés llegando incluso a producir ataques de pánico y afecta gravemente a la calidad de vida del paciente.
La ansiedad patológica no tiene una relación causa-efecto directa. Es un estado de angustia permanente que, en principio, no responde a ningún motivo concreto. Se trata de un problema psicológico que aparece por factores internos como pueden ser los pensamientos negativos o el miedo a algo que tememos pero que no ha ocurrido. Ésta es precisamente la gran diferencia con el estrés.
RECOMENDACIONES
- Para mí el primer paso es conocerte para gestionarte. Esto me parece una oportunidad estupenda.
- Hacer un “diagnóstico” de la situación te ayudará a poner soluciones. Quizá haya que implementar cambios…es el momento.
A veces para esto puede que necesites buscar ayuda profesional. Si te sientes dentro de una cascada de acontecimientos es difícil tener perspectiva y para tomar las decisiones acertadas que te hagan avanzar en el rumbo que tu hayas decidido que quieres para tu vida. Un psicólogo es alguien que desde fuera puede apoyarte en esa escalada cuando estás enganchado en la roca y no ves donde está el saliente para progresar en tu ascenso.
- Mindfulness: vive el momento presente al máximo. Como ya te he dicho la ansiedad anticipa cosas…y ¿vas a pagar intereses por un crédito que aún no te han concedido?
- Mide: pon las cosas en valor (relativiza, prioriza y SONRÍE MUCHO).
- Como en el paso uno te has conocido: diseña tu vida para avanzar en tus motivaciones intentando ser una buena versión de ti, esa con la que sonríes mucho. Y si se tuerce vuelves a empezar, cada día es una oportunidad.
- Tratamientos coadyuvantes
- Fitoterapia
Valeriana, pasiflora, espino blanco, melisa, tila, rhodiola, eleuterococo, aceite de semillas de cáñamo (cannabis sativa, por su aporte de ácidos grasos esenciales), azafrán. Omega 3 (te remito al post o al video donde hablo de ellos).
En forma de comprimidos (la ventaja es la titulación de los activos, a veces en base al polvo seco de la planta y otras incluso de los activos) o infusiones (las dosis son menos exactas pero son estupendas para establecer rutinas que te den paz).
Últimamente hay presentaciones que combinan plantas con otros activos como triptófano, melatonina, GABA. Pregúntame.
8. Homeopatía: Sedatif, Flores de bach
9. Medicamentos de prescripción: benzodiazepinas, como última instancia, no más de 7 días y bajo supervisión
Marta y Teresa
Tus Farmacéuticas
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